RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

sábado, 24 de octubre de 2015

DESENTENDIDOS DE LA CULPA


Este juego de jugar al poder sin saber y teniendo las ideas planas ha fenecido con un rumor indestructible de pena para los afectados y una gloria de soberbia para los afectantes. La próxima reciente historia nunca llamará “legislatura” a este tiempo pasado donde el debate general de un estado en “artículo mortis” se ha centrado en discutir de corrupciones por doquier, afiliaciones a mandatos exteriores, inversiones a favor de entidades financieras sin escrúpulos, pasajes parlamentarios de deliberada desarmonía y de gresca instaurada, etc; lo legislado no ha constituido merecimiento suficiente como para concederle valor.
Siendo todo así y habiéndose aumentado el descrédito del ciudadano hacia estas instituciones, no ha de ser lo peor considerado en la lista de los despropósitos; acaso, a su lado, la desordenada función de no saber entender la misión de la democracia ni de intentar comprender las necesidades económicas y sociales de la población y acaso también desentenderse de la prosperidad y acaso incluso la desfachatez con que se anunciaron los desajustes que tanto incidieron en la digestión de los casi cincuenta millones de seres adscritos a esta última fila de incomprendidos españoles. Fuere quizá lo peor de todo no haber tenido capacidad para reconocer el propio fracaso de ellos mismos al encontrarse al final del mandato con un mundo anacrónicamente empeorado y comenzar a fumigar de mofas con excesos de altanería y triunfalismo aquello que para la sociedad a cuidar ha sido un evidente retroceso en el incalculable deber de respetar, custodiar y engrandecer los derechos existentes.
Han cerrado las puertas del hemiciclo entre risas, totalmente desentendidos de la culpa por la infructuosa gestión, prendidos en gorjeos de valientes patriotas, cubiertos decentemente los bolsillos y habiendo aprendido a mirar desde más arriba. No han crecido en capacidad ni en cualidad, no han sabido oír, han despotricado claramente del adversario y han cumplido con fidelidad la posible consigna de la indiferencia hacia los problemas más cercanos de los ciudadanos, tal bagaje les es ajeno. El mundo nuestro dejó de avanzar, se legisló poco y mal, se abusó del poder hasta términos delictivos y se incumplieron los juramentos que un día, cuatro años atrás, hicieran con la mano en la Constitución y la mirada en dios. Incluso aumentaron la osadía como para creer que aún les queda rédito electoral para el próximo envite. Insólito.

Ramón Llanes  HUELVAHOY.COM. 24.10.2015

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