RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 16 de noviembre de 2015

MUJERES


Cada vez más oscurecida la conciencia de los violentos, parece; cada día se abre una tumba más, producto de incapacidades e intolerancias, parece; el mundo no aprendió los mensajes de la vida, los hombres maltratadores no aprendieron las consecuencias de la muerte, las mujeres siguen estando solas en la protección, parece. No han ocurrido venganzas para que aumente en cada minuto la hostigación y el miedo, las culpas no están repartidas y se centran en los mismos ejemplares, parece; el hombre pierde valentía por momentos, se ciñe el terror a una causa equivocada, las llamadas de atención son inocuas, parece.

Hay un mundo por hacer, delante de los ojos se destrozan los amores a base de insultos insoportables y los caciques de la brutalidad pasean su inmunidad por las narices del universo sin esperar siquiera un reproche o una bofetada; es significativa la luz que descubre los golpes y los arañazos que la noche pone en el bello rostro de la mujer dormida. Nadie sabe hasta cuando la omisión de la sociedad por erradicar estas soledades, esta lacra extendida que destruye sueños sin importar; hasta cuándo la incivilización sostenida con sus moldes casi aceptados.

Apenas un asomo de maldad debería aparecer el resorte social de condena, como un mecanismo automático que respondiera antes del primer guantazo para enmudecer el siguiente y nunca llegar al emblema del dolor. Existen medios para conmutar la crónica intranquilidad por certidumbres y calmas. O habrá que inventarse otra dinámica activista que incardine esta hiel maldita a momentos de felicidad. Quizá se atreva el hombre a luchar contra sí mismo en terrenos que nadie debe pisar y en respetos que otros no deben hundir.

Esto es un almacén de convivencias necesarias donde a cada cual toca un día misión de ser bueno o mejor y donde ningún cada cual aprisionado por la diablura de la violencia contra otros seres tiene cabida para estar en los elegidos. Han de saber de la repulsa anterior y la inmediata y la posterior y tener firme conocimiento de convivir con seres iguales. Ay, si fuera posible fumigar diariamente el aire contra la insidia de los celos!. Acaso ellas pudieran continuar soñando.


Ramón Llanes. DIGITALEXTREMADURA.COM

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