RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 14 de marzo de 2017

DE MADERA

 
DE MADERA


Al tacto, la madera posee la sublimidad que a otros elementos falta, tiene además cierto rasgo de seducción, es preciosa a la vista, atesora nudos que son edades o tiempos y cada vuelta es un parto. Crear la efigie desde la madera, moldear el tallo y pisarle los dedos como un recién llegado pisa la arena, acudirle gubia, transparencia de ternura, un gozo descifrado muchos árboles atrás, muchos o tantos como una historia en semen de sensaciones.
De madera el tonel que empresta solaz al sarmiento, de madera estatua de estirpe presidiendo la simbología en el paso del hombre. De madera se hacen las finuras y las fortalezas y las manos se convierten en caricias acariciadas cuando vierten mundo al respeto del tronco y se conjugan en simpatía y sacrilegio, en esa adoración mutua; después o al tiempo, la mirada, la creación completa en una tabla vieja que antes fortaleciera la techumbre de la alcoba. Allí está todo, nada falta al esculpidor que le busca sin apariencia de espeleólogo una tira de felicidad, un momento de heroicidad a la astilla y la secciona de parte a parte aprovechando el hilo con precisión de relojero. Madera en badajo, en aldaba, en cornucopia, en vino, en sorbo de aire próximo al serrín y madera en el fuego, último intento al agrado y penúltima utilidad. Se queda en la vida del tiempo indeleble y cálida.

Ramón Llanes

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