DE LA MINA TESTIGO
I- El regreso a la piedra, al ojo de la vida,
a los templos antiguos de migajas de juegos, a las atalayas, cabezos sin estirpe
con manos sin nostalgias, con agujas de oro, volver al tren con las madrugadas abiertas, estar en la risa componiendo la canción
de los pobres, reintentar la búsqueda de los agujeros del puente
llenos de negrura, afilados con prisas
y escondites, pulsar la función melancolía con el dedo meñique del alma
y volver a creerse gigante en las escorias, ocupar toda la luz
con el desparpajo de un ladrón de oficio,
nos llama no sabemos qué encima del átomo genético para obligarnos al sostén del recuerdo
como si dejara de ser recuerdo por el embargo del olvido.
Rllanes.
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