LA LIBERTAD EN CERVANTES

LA LIBERTAD EN CERVANTES, más allá del tópico.

El famoso texto "La libertad, Sancho...", del capítulo LVIII de la segunda parte de "El Quijote", es siempre citado parcialmente. 

Es cierto que, aun así, la defensa que de la libertad hace Don Quijote, considerándola "uno de los más preciosos dones" de los hombres, al tiempo que indica que el cautiverio es el peor de los males, nos indica con claridad que tal visión está profundamente enraizada con la propia experiencia de Cervantes. Por eso, por la libertad y por la honra, "se puede y debe aventurar la vida".

La vida, en efecto, para Cervantes, vale poco sin libertad y sin honra.

Pero el texto sigue. Y la reflexión de Don Quijote es muy significativa, pues señala que los bienes y mercedes recibidos son ataduras que no dejan campear el ánimo libre.

Cervantes, pues, va mucho más lejos aún: hemos de mantenernos libres de la servidumbre que posesiones y prebendas recibidas de otros suelen implicar.

Desde esta óptica, veamos el fragmento íntegro:

"—La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!". 

Miguel de Cervantes, "El Quijote", II, LVIII.

Manuel A. Vázquez Medel.