RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

viernes, 7 de septiembre de 2018

EN EL BALCÓN DE LA CINTA

EN EL BALCÓN DE LA CINTA


El Conquero, como visor prosaico de los atardeceres, como limpiabrisas de las brumas de las tardes húmedas, como visionario privilegiado del rito largo en el acontecer de Estuaria, aprecia la consolación y los fervores que se le traen en setiembre. Son músicas y vítores porque tiene cuenca y seno de patronazgo en la ermita que le goza. Cinta se sabe los soles de memoria, allá desembocando un Odiel apacible, los desiertos esteros, la luz cegando en el horcajo, el metal embarcándose, las grúas a medio movimiento, el lugar.
Son muchos años de armonías afinando Conquero y Cinta flautas de concordia y guitarras de duenderías por fandangos y los tiempos pasan sin vuelta dejando color al paisaje y procesiones. Y en los sitiales, oráculos de conciencia como ejercicios espirituales que se anidan para respaldar el silencio; no hay prisa en el patio ni desalivio en las vidrieras, olor a misas y rosario de velamen, y los seglares que circundan con actos de fe la fastuosidad de la patrona. Abajo, roles de esperanza se cumplen en los barrios y Cinta aconseja y alienta; arriba, mucho más de lo dicho, es el cielo transitable de Estuaria y pizarra de peticiones y oración de marinería. Ella sabe.
Abajo también y sobre todo, cuando es el ocho, cuando es setiembre, se viene, se convierte en transeúnte autorizada y protagonista para regar con celo bienestares y custodias, se hace a esta mar de inseguridades para descansar en el apoyo, en donde se le dice que golpea la necesidad. Para Ella es más la lucha que la creencia y más la humanidad que la misericordia y baja por capricho, para echar un cable, para arreglar un desamor, para solucionar las neumonías crónicas de los desasistidos, para sumarse a las vindicaciones de los humildes, para un montón de ayudas más que nunca llegan a verse por pequeñas o que jamás se creen por muy grandes.
Cinta trae sin vanidad sus milagros de setiembre para la tierra única que le cuida los ojos y le tiene morada y Conquero siempre aseverando la voluntad de Ella y de calle en calle, de barrio en barrio, de mar en mar y por entre los ríos, asume la custodia que Estuaria, Onuba, Huelva le solicitaran. 



Ramón Llanes 8 setiembre 2018

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