RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

sábado, 29 de septiembre de 2018

QUÉ LUGAR


QUÉ LUGAR.

 

 

Le faltó decidir el lugar, ya diseñó el viaje con exquisito talante, los pormenores, la fecha, la compañía, el hotel, la lectura; solo con el lugar montó un sueño disparatado, era importante no dedicarle tanto tiempo como a los preparativos, le daba igual, Rusia que Trigueros. En la casilla octava del buzón del bloque diez de la calle Real viven quienes desde hace dos meses tienen decidido que irán a Italia en viaje de conocimiento y les queda por hacer maletas, coger ropa, elegir hotel, completar el número de viajeros. Al otro lado, en la casa del árbol en la puerta se sienta alguien que no puede permitirse tal lujo y se queda a la sombra fría de noviembre, este fin de semana, haciendo compañía al árbol.

Aún me faltan muchos por emparejar, otros por empujar, alguno por decidir y hasta me falta uno por inventar para un lugar que ya tengo predestinado. Supe pronto que me sería imposible contar con todos, porque me refiero a ellos que a veces no están para movimientos. Ese yo que son ellos, el tú que son nosotros, el nosotros que son vosotros, la lástima de quedarse, la ilusión de partir, el qué hacer con un billete de tren ya antiguo que solo me indica adónde fui, el río que nunca me esperó, el entusiasmo que me sobró.

Por fin hace la travesía deseada en su hamaca de comedor, libro y mapa en las manos, pensamientos por doquier, música de fondo, aperitivo, las amistades a la mano. Y del viaje solo la melancolía del que ya se hiciera, mirando el guardado billete de tren, ya sepia, con una fecha detrás, una dedicatoria parecida a una propuesta y muchos recuerdos saboreados que implican su estado de ánimo. Decidió que el lugar fuera  todo el mundo desde la suerte de los sueños.

 

 

 

 
                                                                       Ramón Llanes

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