Escribiste un poema con tu vida en mi recuerdo, Aquella luz de otras alboradas, aquellos versos. Con muerte escribiste tu partida como un lamento, el hambre con cebolla derretida a fuego lento, el tiempo sin reloj, la madrugada, un carcelero, un doblete de balas despedidas por el silencio y un adiós manchando la mañana de un largo miedo. A recitar tu voz que nadie olvida comparecemos, a ponerte canciones esperadas a tu regreso.
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