RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 27 de octubre de 2024

LA ESPAÑA DE CHARANGA Y PANDERETA

 LA ESPAÑA DE CHARANGA Y PANDERETA

 

            Definió Machado su España y puso su tilde de rechazo, entendió que la charanga fuera frivolidad y que la pandereta metáfora de irresponsables “alegre pajarillas” que se hacían la vida con el menor propósito y la mayor holganza. No debió estar equivocado pero tampoco en pleno acierto, que de charanga mucha cultura se hizo y con pandereta mucha pena se disipó. Allá las cosas,- en siglos distintos-, la función parlamentaria escaseaba y ahora rebosa; en diecisiete autonomías, un parlamento y un senado, a cual menos efectivo, el cursor del diálogo bajuno es premio de a diario y los grandes debates y los buenos discursos son telarañas de la memoria.

            El hemiciclo andaluz presenta convulsión en raudales donde se despachan las burlas como rosquillas de feria y donde se frecuentan descalificaciones al por mayor; si es permisible la falta de respeto entre elegidos se rompen los criterios y caduca la filosofía que hizo de un parlamento lugar de entendimientos y foro de educación. Es esa la charanga reprochable, la que vulnera principios de compostura, la charanga de los pancistas de turno que utilizan su cuota de poder para un bien poco común; esa es la pandereta golfa, la que toca solo al son del mando, la que hace ruido y nunca música, la pandereta que los zafios traen a la intolerancia para cubrirle con juncias de estraperlo e insidias. Si es permisible el quebranto de la ideología del respeto, para nada valen la elección, la democracia y las largas sesiones entre risas y mofas.

            Cuando los unos y los otros sean signos de ejemplos y prestigien la política se dará luz al primer discurso de la oda a la decencia y al decoro; mientras se oigan desdenes como “quien no te conozca que te compre” o “nena tú no tienes ni puta idea de esto” , seguiremos estando en las antípodas de la meta. No, voceros; no, cínicos; no, engañosos. Al universo limpio de esta comunidad de charanga culta y pandereta lírica, pónganle obligatoriamente, ética y excelencia.

 

            Ramón Llanes

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