RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 18 de marzo de 2014

LA FASCINACIÓN DEL FRACASO

La fascinación del fracaso
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Tal como lo deduje lo transcribo: “El éxito es ranciamente poderoso, aguerrido, dulce e infiel. El éxito conviene y otorga no pocas sensaciones de felicidad, es meta para muchos de los individuos que componen el escalafón social. El éxito gusta, da prestancia y placer. El fracaso tiende a perturbar los esquemas más consolidados tanto en la familia como en la empresa o en la propia sociedad. El fracaso asquea, repugna y en el mayor de los casos produce dolor e infelicidad. El fracaso es uno de los claros antónimos del éxito.
Disimular que nos movemos entre estas dos opciones, -no como únicas-, nos convierte en cretinos o simplemente mentirosos, porque la luz y la sombra pueden sorprendernos al más mínimo descuido, los deseos siempre acaparan el bienestar, lo buscan desesperadamente, queman su vida por conseguirlo. Parece lo más lógico, somos de una especie cómoda, excesivamente atada al fácil vivir. Nadie alardea de remedos de fracasos, todos alguna vez nos hemos encumbrado a un cénit inexistente o fugaz. Pero el éxito agota, te pesa, te tumba y acaba machacándote. El fracaso, por el contrario, es bálsamo para un nuevo comienzo, levantarse, aprender, estudiar a conciencia los métodos para el inicio de la nueva aventura.
Bordear las arenas de un habitual compañero llamado fracaso conlleva un predicamento de valentía honrosamente humana que solo llega a privilegiados que alcanzan a comprender la fascinación del fracaso. En los actuales diagnósticos de la psicología aparece con una frecuencia muy importante contra el hastío, el tedio o el propio exceso de éxito. Increíble pero cierto.
Quien no haya tenido un fracaso en su vida ( cosa altamente improbable) jamás entenderá la verdadera capacidad de sí mismo para autoimpulsarse, autovalorarse y relanzarse cada vez a misiones más complejas con la facilidad que deja la experiencia. Pero ni éxito ni fracaso han de constituirse en metas definitivas para los inconformistas o los rebeldes, han de ser simples propuestas en el calendario de la lucha constante por la perfección del hombre y de la especie.

diariodehuelva.es

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