GUÍA DE ESTILO.
A casa solían llegar familiares, amigos y conocidos de manera programada o sin aviso
previo. A el lo siempre prestaban mis
padres presencia y halagos de cortesía como corresponde y adecuados a los
términos que presidían las conductas sociales, algo similar a lo que ahora
llamamos guía de estilo. En casa era motivación satisfactoria la que reinaba y
casi se hacia fiesta. Se les ofrecía lo mejor de la casa, de la mesa y del afecto. Y las rel aciones
se desarrollaban en altos nivel es de convivencia, con notas de humildad pero con el egancia, esmero y cariño. Nunca a casa llegó
un ministro pero a quienes iban se les
trataba como si lo fueran.
Aún hoy, tanto las normas de cortesía como las de protocolo están
adscritas a tales cánones cumplidos desde El Rey hasta el
padre de familia menos importante o el
alcalde del pueblo más pequeño. Es
así. No ocurre cuando se trata de políticos de distinto partido, que en tal
caso destruyen los protocolos, la cortesía e incluso la educación y el decoro,
simplemente no asistiendo a los actos que organiza el adversario, aunque sea en
el mismo municipio. Es pan de cada dia.
R.Llanes.
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