RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 26 de junio de 2018

HE VISTO

HE VISTO

Al salir de casa ví la mañana reluciente y las cosas en su sitio. Aquí la papelera, allá el árbol, más al sur los letreros de siempre, a la sombra las mesas, en las esquinas los coches, todo en el mismo orden que anoche las dejé, como si no hubiera pasado por ellos el tiempo. Me acerqué a la sorpresa cuando saludé a Carlos que, rozando ya los cincuenta y tantos, presentaba un aspecto de juventud tan llamativo como que me pareció que tenía treinta años menos; me encuentro con Lola con cara de niña, rubia, falda corta y con apariencia de no haber cumplido los treinta; luego me abrazo con Cinta que ayer tenía casi setenta y hoy no llega a los veinticinco. En cada paso notaba a las personas muy rejuvenecidas, todos habían perdido edad o le habían ganado la batalla al tiempo.
En principio me asusté y me dio por hacer extrañas elucubraciones sobre esta moda de Huelva de estar el personal como si se hubiera parado la vida hace treinta años. ¡Qué armonía, qué linda estampa, qué hermosura¡. Luego imaginé un arreglo de estética general o un cambio producido por las emociones e incluso por las bondades de nuestro clima y ahí me quedé, no quise averiguar la causa de tan bella sorpresa.
Cuando llegué a casa, de nuevo, -eufórico, risueño y estimulado- me miré al espejo y aprecié que el tiempo seguía su curso en mi epidermis y que lo visto en la calle pudo ser un tránsito amable de mi propia visión que en mí no se cumplía. 
Fue esa la locura de una mañana de junio cuando me encontré con todas las gentes de Huelva muchos años más jóvenes, menos yo, y me dio por reír sin volver a pensar si aquello fue verdad o ficción. En esa duda de felicidad me quedé tan contento.



Ramón Llanes. Huelva 26 junio 2018.

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