RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 18 de junio de 2018

UN BARCO LLAMADO DIGNIDAD

UN BARCO LLAMADO DIGNIDAD


Las sociedades que se asientan como núcleos imprescindiblemente colectivos precisan del sentimiento de la solidaridad para desarrollarse en un equilibrio ético capaz de responder a todas las cuestiones que van a ser producto de demanda desde la ciudadanía; así se configura la estructura de los pueblos y así se avanza hacia el humanismo como el más perfecto de los sistemas de convivencia. Quienes ejercen el poder no deben olvidar este principio, ni siquiera en las confrontaciones políticas con sus adversarios.
Si la naturaleza careciera de capacidad solidaria no sería posible la existencia de los seres vivos; si los animales no fueran solidarios con los humanos en la ayuda, la estética o la implicación no podríamos componer nuestro sistema de vida; si el universo no prestara solidaridad seríamos algo menos que la nada. Si el ser humano no fuera solidario con la naturaleza, con los animales, con los astros, no seríamos posibles. Nos necesitamos, hasta puntos extremos nos necesitamos, somos humanos porque somos colectivos y podemos ser felices porque somos colectivos; cada cual aporta, todos poseemos un valor social para alcanzar las metas individuales y comunes. Es así de complicado y así de sencillo.
Recoger personas en estado de necesidad y traerlas a compartir con nosotros nuestra poca abundancia no es un gesto político de sentimentalismo para emocionar conciencias o llenar los vasos de plañideras de convento, no es un postureo socialista que pretenda enternecer a los más confusos, que estos hambrientos, angustiados, enfermos, con todos los sueños perdidos solo desean actitudes de solidaridad como así lo ha entendido el actual gobierno. Permítaseme que me sienta noblemente representado por quienes de tal manera ejercen su función, permítaseme que me enorgullezca de esta prueba de humanismo.


Ramón Llanes. 18 junio 2018.

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