RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 25 de abril de 2018

DESDE EL ALTO EL BUGO

Desde el alto “El bugo”


En los amaneceres están las sombras vistiendo las casas, el sol va disimulando su presencia y solo en la lejanía se ven los claros que empiezan a pronosticar un día generoso. Los instantes son espejillos que se asustan de la velocidad de las luces, sigue amaneciendo con la pron- titud de los días, se huelen las leñas, se oyen los pájaros y empieza la vida a ser vida y las calles van tomando un color de naranja y los pasos se sienten en las paredes y se cimbrea la ropa con el primer hilillo de viento.
Cuando la luz alcanza su corona alta han desaparecido las sombras largas y ahora son tímidas y dadas a esconderse; los calores aprietan los remos, los animales se socorren de los agobios, la plaza se vacía y el silencio se acaba intencionadamente. Es otra vida, la iglesia en la promi- nencia del paisaje, la calle Larga hacia abajo, la Serpa endiosada en su mundo de ajetreo y la Cebadilla recibiendo transeúntes. La inquietud se palpa en los niños y la complejidad de los ratos que componen abril se suman de deseos, generan complicidades con potros y solo hay un pen- samiento unívoco y una única conversación que impone el tiempo: el gabacho, la gabacha, las mulas, la jamuga, los nervios, la Hermandad, la caballería, las devociones, las lágrimas; de todo eso se compone el festín de La Puebla.
Alguien se ha parado en el zaguán, -arriba-, en la entrada de esta cer- emonia; se ha quedado absorto contemplando una especial manera de vivir, a compás de los ritos de siempre, con la misma liturgia, con idén- tico credo; y lo hace desde siglos y se embelesa y se cambia las nostal- gias y vuelve a marcharse, hasta la próxima primavera. Desde el alto "El Bugo", ese alguien contempla la vida y la vive, se inyecta cánticos, se emborracha, suda complacencia y se pierde por los campos, sin una pizca de olvido.

Ramón Llanes

No hay comentarios:

Publicar un comentario