SABER OFENDER
Soy un pequeño ciudadano que se mueve como una gota de agua en un mar infinito, mi importancia es mínima en este cosmos, apenas me tienen en cuenta en casa y aquellos que en la amistad me miman con agrado; opinar me cuesta mucho si pretendo ser atendido y acaso ni me atreva a pensar en exceso y explicarlo por pudor a no ser oídas mis consideraciones y acabar en el saco vacío de lo efímero. Pero aún siendo minúsculo me ofenden quienes se olvidan de la ciudad que habito, quienes nos contaminan, quienes no cumplen con su deber de ser justos e imparciales, quienes no arreglan la carretera por donde nos comunicamos con otras gentes, quienes nos roban con descaro, quienes nos desprecian en los presupuestos, en la sanidad, en la educación y en la vida; me ofenden quienes no cumplen su programa electoral y quienes engañan como costumbre, me ofenden los dogmáticos, los radicales, los maltratadores, los que tienen el poder y lo utilizan a su favor, me ofenden quienes son responsables de hacer de Huelva una ciudad mejor y no lo hacen; todos esos y otros muchos, que sería prolijo listar, me ofenden más que tres chismosos ignorantes que ni siquiera tienen capacidad para dañar. No me hagan caso, me falta ingenio para el insulto, la agresión dialéctica y la violencia, ¡qué le voy a hacer!.
Ramón Llanes. Huelva 8 abril 2018.
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