RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 26 de febrero de 2019

DISTURBIOS EN EL PENSAMIENTO


DISTURBIOS EN EL PENSAMIENTO

 

         El tren de las nueve volverá a retrasar su salida, como casi siempre. El pan llegará tarde. El coche no estará arreglado hasta el jueves. Aún no han pagado la nómina de enero. “El trápalas” ha sido absuelto de dos violaciones, veinte robos y un asesinato. Las monjas del convento de clausura están en huelga de rezos por falta de amor.

         Lo habré soñado, ninguna referencia encuentro en los diarios a estas sordas incontinencias de desórdenes, lo habré soñado. No recuerdo haberme dormido, no me permito dormir cuando sueño, nunca me puede el cansancio en tardes de inspiración. He tenido disturbios en el pensamiento, ¡me ha dolido tanto la memoria!.

         Sigo despierto, mi hábito de vivir me lo impone e incluso en el hastío sobrevivo como héroe de mi propia voluntad. No sé por qué me autocondeno y vuelvo a combinar mi conciencia en adversidades; vuelvo a olvidar, el tramo oscuro, la pasión que ellos no le imprimen a la tarea de caminar; vuelvo a olvidar que existen en la insidia quienes no deberían existir, me solapo en el desaire de un estrado insulso y voy a la cárcel a leer poemas de libertad. Tengo el pensamiento para un reciclaje pero ando perdido en mi contrato de temporalidad con esta vida y me siento incapaz de buscarle un título honroso a mis deseos.

         No estoy triste, la tristeza es otra cosa; la tristeza es una pus sin palabras; mi pensamiento es una constante de insomnio, un simple vacío sin el comodín del verso. Salir de esto me cuesta un guiño, solo un guiño de reserva, un acicate de lindura que me sostenga en el aire una eternidad y vuelva a ser capaz de existir, pensar y moverme a tres palmos del suelo donde la incomodidad que me producen los quistes de la tierra no me afecten a la pureza de mi pensamiento y se seccionen los disturbios.

         Cuando no vuelva a dormirme  volveré a encontrarme soñando con quien me llame para leerme un poema al atardecer o me susurre un “te quiero” en modo de amor. O me pida las manos para una caricia.

 

 

 
         Ramón Llanes

No hay comentarios:

Publicar un comentario