PARA
MARIA LUISA Y ANDRÉS
Surgieron
los encuentros amorosos
en
la tierra febril de mina y cuna,
se
hizo de pasión aquella luna
y
fuisteis felices y dichosos.
Como
un filón de mineral honroso
os
otorgó la vida la fortuna
de
los hijos en gracias oportunas
y
sentiros aún más orgullosos.
Allí
os nacieron sueños y alegrías,
fue
culpa generosa de aquel aire
y
de vuestra intención por la alianza.
No
será nuestra tierra una utopía
que
es un rincón perfecto para amarse,
un
cielo bien cargado de esperanzas.
Ramón
Llanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario