El sorbo de codicia por ti
o
el último sollozo de la noche
o
las flores de los endrinos en el ocaso
o
la luz inquieta en tu sonrisa
o
la plaga de lodo
o
la sombra con el musgo y tu retrato
o
mis galones de general poeta
o
mi evocación a la plenitud de la luna vaga
o
mi arrebato cuando te sostengo los ojos
o
mi agua de labios sin cloro
o
yo en carrera de metros lisos hacia ti
o
mi debilidad por los ritos
o
el paso del tiempo en soledad
o
mis besos con éter y silencios
o
una pulmonía por esperarte
o
el resto de pus que me queda en el alma
o
la valentía de los románticos
o
mi visión de ti enhebrando pensamientos
o
un abrigo de visón con etiqueta de olvido
o
la paz que te robo en cada beso
o
el enigma de lo que nunca has dicho
o
la sabiduría de los sordos
o
la tenacidad del pasamanos
o
la arritmia de mi boca en la espera
o
yo durmiendo sin sueño
o
yo amaneciendo en tus brazos
o
tú despertándome
o
la risa contenida de los aliados
o
la guerra por lograr acercamientos
o
los gritos que se me ocurren
o
la locura bendita de los presos que huyen
o
yo escribiéndote el romance en versos
o
tú asomada siempre a mí
o
nosotros pacto de amores sin remedio,
elige
tú, amor, tú que me amas.
Ramón Llanes.
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