RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

sábado, 1 de abril de 2017

VOCES DE BESTIARIO

VOCES DE BESTIARIO
 
 
La palabra, vestida de alegoría, escueta, fácil o hiriente, contiene salud, la palabra es confortable la mayor de las veces, hablo de la palabra, no del grito obsceno, no del insulto, palabra en su estricto sentir, con todos sus significados de osadía, silencios, categoría y placer. También el bestiario que en moda ponen los parlantes, esos que se derriban la vida con uso de todos los adjetivos canallescos más propios del insultódromo callejero (qué va, esto no se oye en la calle), también el bestiario advierte que negar la palabra acusa y destruye.
En defensa de la palabra medio universo, en su contra tipos, elementos, topos, añejos consejeros, parásitos y sátrapas del incordio que gobiernan un ladrillo creyendo que es un cielo y cambian su mar digna por el primer vaso de agua sucia. A quien se atreva dominarle pondrá conspiración, dinero de dulce o su cara de bestiario a fin de que oiga el dominador las voces breves y sin lástima capaces de salir por una boca que más vale para besar.
Me refiero a estar conforme con el contenido de salud de la palabra que cogemos de la memoria para dejarla en el diálogo de amor, en la plaza, en la taberna, con los niños, en el sol o en la vida; esa facultad donada para hacernos diferentes. Y así, de paso, denunciamos las voces del bestiario que a cada tren, telediario, discurso o milonga, nos sueltan.
 
 
Ramón Llanes.

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