TU SOMBRA
“Tu sombra me suena” fue su saludo amable y me extendió el abrazo, hicimos parada para refrendarnos el afecto, intercambiamos las palabras necesarias, nos miramos y nos reímos a la vez, apenas dos minutos o tal vez un repaso a la vida, luego, sin olvidarnos, continuamos con la misión marcada de cada cual pero un rato largo recordé su manera tan lírica de saludarme; no solo me percibió el cuerpo sino también la sombra e intuí que se refería amistosamente al alma. Y tanto me gustó que me produjo este inspirado sentimiento que aquí descargo con idéntica profusión de cariño.
Ramón Llanes
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