RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 12 de agosto de 2013

EL VIAJERO

EL VIAJERO.





Sea quizá el libro de los sueños cumplidos o el lugar del aire donde escribimos nuestra razón de vivir. Sea quizá este viajero un panel de pensamientos puestos en orden después de una travesía plena de vivencias, en tarde de sol y agua, en la escena de lo soñado y lo posible. Sea quizá el relato del mérito de cada cual para obtener los momentos de gloria que se nos reservan en la vida y luego se quedan a vivir en la memoria para siempre. O sea lo que fuere, con tal que así quede expresado en la espuma blanca de un libro blanco que nace con vocación de libertad y pasiones.

Es, ahora, solo nacer. Pero ha de nacer con una palabra para ponerle horas y tiempo con otra palabra y otra y otra hasta llegar a la última página, al último renglón, al último acento que cierre el libro y lo convierta de blanco en sentimiento. Para que otros, después, abran la espita de la curiosidad o el deseo y se adentren en un mundo infinito de sensaciones; y acuerden compartir la iniciativa, el sueño, la razón o la misericordia de quien se explayó en vivencias antes que él. Para que él pueda también dejar su reguero de placeres o desencantos.

Es un libro blanco que comienza en esperanza, para devorarlo en una mañana de arenas blanquecinas con calor en los hombros y felicidad en el alma. Un libro más para vivirlo, para beberlo, para comprenderlo desde la suma de horizonte y cercanía. Un libro blanco es el libro de los libros porque nada se escribe sin intención y todo tiene una cuerda invisible que une la creación de uno con la pena de otro, la aventura de aquel con la rebeldía de este, la burla de muchos con el halago de otros. Así es la función de sesión contínua de vivir y así se pretende que se deje patente en este Viajero de utopías y realidades que hoy se hace mucho más blanco porque ve la luz toda.

Hagámoslo nacer a la palabra, al verso hecho mar, al hombre hecho poema, a la mujer hecha ternura. El todo de la luz quedará representado en este cuaderno de campo para los viajeros que saben pisar con devoción y afecto esta tierra nuestra que tanto inspira.





Huelva. 31.5.07

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