RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 27 de abril de 2016

COSAS DE PASADO MAÑANA

 
COSAS DE PASADO MAÑANA


No será el recuerdo el que nos valga para iniciar la senda sino la ilusión, los pasos andados ya tienen su sitio, ya dejaron su huella, están inscritos en el dormitorio de nuestras verdades, ahora se dirige la mirada hacia el horizonte aquel, hacia el roquedo alto del Morante mágico, hacia las sombras que se inclinarán a nuestro canto cuando las voces llenen de dulce cadencia el asfalto quieto y el aire difundido. Cuando sea necesario volver la vista para ver Calañas o cuando el vientecillo te restriegue en la sien la actitud de la fuerza, será ir en volandas a los sitios dichos, a los lugares amados, eso será pasado mañana, que hoy estamos en la Plaza deshaciendo las cábalas y alimentando la fe, como quien prepara el mejor proyecto de su vida; aquí están los otros, ellos, los aliados en esta sorpresa que viviremos juntos a la par de la sonanta y el espíritu.
A cuántas leguas estamos de nosotros mismos los sabremos al ocaso de la vuelta, no importa ahora la predicción del tiempo ni la economía del mundo, solo el vino hecho, solo el tiempo que falta, solo la emoción, nada es más importante para pasado mañana que estar con la capacidad del sentimiento como la vez primera; es tarea sabernos tener con la usual concordia, para cumplir las liturgias del camino y hacer abrazos y convertir en presente todo el podio de entusiasmos que prevé esta existencia privilegiada que la génesis de la historia nos ha permitido. Acaso falte, para pasado mañana, ocultar la timidez cuando se precise el grito, desentumecer los huesos de la comodidad, tropezar a conciencia con los más lejanos para provocar la risa y emitir el saludo afable. Hay tiempo para todo, mientras suena el tambor suena también el alma, la flauta significa la alabanza y las pisadas son el respeto a la tierra madre.
Nada queda para que, pasado mañana, tú y yo, desatentos con el noticiero y ataviados de amigos, formemos el cúmulo de sensaciones que nos pertenecen y giremos en la primera curva para despedirnos de la realidad hasta llegar a la parte de cielo que se nos reserva en la orilla que acuna nuestro destino, allá en el más íntimo sobrenombre de la estética que nos produce esa suculenta forma de sabernos un poco dioses con Ella y un poco humanos con nosotros. El sentido de nuestra felicidad se sostiene con tales sentimientos.


Ramón Llanes. Enero 2016.
Publicado en Revista de Coronada, Calañas. 2016

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