RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

viernes, 15 de abril de 2016

LA TARDE DEL SÁBADO

 
LA TARDE DEL SÁBADO.



Pudo parecer un susurro del tiempo que obligara la parada de los versos en la culminación de un sábado con sol grande en la gratitud honrosa de anfitriones de almas o pudo parecer que Begoña celebrara por enésima vez su estancia cálida en la entrega tan constante de la Paz o pudo ser que Pedro Javier preparara con el cuidado tierno de sus maneras acogedoras la entrega de sus ventanas abiertas al mundo lírico que tanto ama. También pudo ser el casual encuentro nunca predicho en el protocolo de los ritos, sin el orden impuesto para la actuación y con cara especial de sosiego para el asunto. Pudo haber sido un regalo insinuante de hados con rima en consonante que pasaran por la dehesa de aquellos parajes de ensueño. O quizá fuera el último suspiro perdido de un dios “potrillo” , llamado ternura, que a bien quisiera premiar la seña de bondad de los invitados.
Pero fue solo sábado para unos pocos, esos pocos que corrieron al lar abierto de los amantes Begoña y Pedro Javier, que esperaban con el manjar de sus agasajos en los ojos. Fue el recibimiento la primera mueca de agrado, vinieron los abrazos, la sombra deseada, el paisaje con vistas, la suerte echada de la concordia, las recetas de paz en los asientos; fue día de probanzas de alimentos que las manos poetas habían puesto en el mantel ameno: las habas, la tortilla, las aceitunas, el raro queso de Luis, el chorizo, la cara siempre alegre y pura de Ana, el silencio de Antonio, el humor desprevenido de Juan Palacios, el chiste sereno de Rivero, la risa encariñada de Santi, la tarta con sonrisas de Pepa, las ganas de estancia de Paqui, la delicadeza musical de Bárbara, la constancia de Ana Díaz con su misión grabadora y atenta, la gracia de Manuela, las atenciones y ayudas de Juan, las papas aliñás tan exquisitas de Charo, la disposición de Inés, la nota poético-humorística de Rafa, la luz tan pendiente de nosotros, Miguela en su mundo de prudencias. Importaría poco que no hubiera sido sábado y hubiera podido ser otra marea pero se hizo así de añil el elenco hasta para que estuviera Juli con su perfecta compostura y su saber degustar y que viniera Jesús desde la Palma a hacerle miradas especiales a ella, para que Ramón se hiciera el chistoso y el cantor, que Begoña nos pareciera un ángel de excelencias y que Pedro nos compusiera con la entrega y el trato uno de sus mejores poemas de calor. No cabían más buenas sensaciones en una tarde de sábado.


Ramón Llanes 8 de abril 2016, en casa de Begoña y Pedro Javier.

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