RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 8 de marzo de 2016

LA BANDERA DEL VIENTO

La bandera del viento

He llegado a echarle al viento la culpa de todo, de lo que pasó, de lo que pasa y de lo que aún no ha pasado. El viento, tiene, irremisiblemente, en mi memoria, la culpa de todo. Para no cebarme en exceso con él busqué otras opciones con tal de aligerarle la culpa y dejarle gruñiendo en cualquier meridiano al socaire del mar bravío, pero allende mi bondad no encontré causa de salvarle. Me propuse indagar en la historia de los pueblos, convencido de encontrar una sorpresa que me condujera a concederle otra benevolencia pero todos los pueblos le habían quitado el nombre a la “calle del viento” por lo terco que fuera, por lo maltrecho que dejara los campos y las luces, y, desde siglos, ningún pueblo de preciada categoría conserva calle de tal nombre, a su pesar.
Hice mi viaje virtual por los faros del mundo y en todos había dejado el viento su llaga perenne, su plaga de dolor; aún amedrentado, en los picos de las montañas más altas, las crestas se urdían en las huellas de vendavales continuos, imprevisibles y devastadores. En mi viaje, floté las viejas aguas marinas que circundan la tierra hermosa donde habito y el mástil más alto de los barcos varados por la nostalgia llevaban indemne en su memoria la bandera del viento y, desde entonces, me produce respeto todo trajín de aire a quien solo atrevo recriminar su indolencia.

Ramón Llanes. (SECUENCIAS DEL MÁS ADENTRO).

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