TU LUZ Y LOS
VERSOS
Para andar
por esta casa grande nuestra, palmera arriba, calle las bocas,
berdigón, puerto, palacios, calle rico, las monjas, los sitios de
piterilla y las empinadas de cabezos que guardan la solvencia de las
sombras, los avisos constantes de palomas en las ampliaciones del
día, las caras que se dibujan en las paredes de tanto pasar, las
fuentes que dan frescor amable al ambiente, los niños que no se
cansan y la luz de Huelva y los versos que se dicen a compás de
paisaje, allá de Juan Ramón, sus espacios, sus tiempos, sus
plateros, allá Lara en la contundencia de la nostalgia, allá Guzmán
en sus universos, por aquí Diaz Trillo en gotas de sensibilidad y
Cobos Wilkins en su tarea indeleble de versificar la vida, quienes
hacen versos en los fandangos y cantan fandangos en los versos,
quienes se mordisquean para entender que no están soñando, que esto
es un lugar limítrofe a los paraísos, todas las luces puestas desde
arriba con la sabiduría del sol que la deja aquí viviendo,
desviviéndose y la jarana que le hacemos a la fiesta de esta luz que
nos atraganta de tanta fogosidad y los niños queriendo cogerla y los
versos por los bancos de las plazas, como mensajes, las cornisas
altas de las murallas de palabras que tiene la ciudad por todos
lados, y en todas las tardes los habitantes con su ración de
esperanza y sus biznagas y el templete con las notas afinadas y la
vida completa y plácida pasando de sosiego a emoción y todo lo que
queda de embeleso en las miradas y un eterno enjuague de brisas y la
luz apretando y nosotros en su conciencia, y qué más es posible
pedir que no sea bucólico para hacer de Huelva el lugar del mundo
que deseamos.
Ramón
Llanes. 10.4.14.
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