PREGUNTAS.
Me
preguntan por la salud, por la familia, por el trabajo.
Intercambiamos saludos de amigos mientras la calle nos aguanta a sol
y frío la parada de a diario. Hablamos del tiempo y de las fiestas
que se acercan. Me preguntan por los inconvenientes y las
felicidades. Me preguntan de todo, como en una encuesta promíscua en
datos. Y accedo, a veces discutimos en términos pausados. A veces
proponemos soluciones a la infinidad de problemas de este mundo, como
si estuvieran a nuestro alcance y nos atrevemos a opinar, a veces con
arrebatos. Algo va mal y muchas cosas van bien, dependiendo del
momento de la charla.
Me siguen
preguntando por la vida, por esa vida vulnerable que todos llevamos
dentro y por la otra vida inacabable que alguien dice que nos espera.
Me preguntan por los vicios, por los deseos, hasta por los sueños. Y
me preguntan por mis gustos en la mesa. Pero nadie me pregunta por mi
alma. Solo, hace días alguien se atrevió a darme ánimos.
Ramón
Llanes. 3.12.04.
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