PRIMAVERA.
Traigo
cuarenta segundos de primavera,
en ellos,
los primeros ácaros,
algunos
trinos de celosías y celos,
la
imaginación de todo cuanto
de
estética tiene la vida en este trance;
traigo un
manojo de flores
en
sonrisa de solidaridad
por quien
lo precisa,
un sereno
para despertar a quien se sienta romántico
y tocarle
con los nudillos del alma
su puerta
sin cerrarse del todo;
traigo un
detalle, que es un deseo alegre,
que es un
pensamiento de suerte,
que es
una parsimonia de acercamiento,
que es
una amistad en un frasco,
que es un
número de orden
para
contemplar un atardecer,
que es un
beso,
que es
una primavera,
en pocas
palabras.
Ramón
Llanes.
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