RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 2 de junio de 2016

ABELARDO

El domingo pasado, día 29 de mayo, Abelardo Rodríguez Mora hubiera cumplido 68 años y me apetece recordarlo para el mundo.


ABELARDO.


Abelardo se quedó en casa con 57 años de vida en un traste de su Marismaire, consolando a quienes le lloraremos; sin extremaunción, a su gusto, perdido y ganado en Sevilla y Huelva, en Punta y en los añiles que a la tarde le pintaba en su forma lírica de expresar la estética más bella “quién pudiera como tú, recién llegado, ver por vez primera esta playa”, se quedó queriendo ser barbilampiño y siendo barbudo constante, contrario al ruído, y al desorden, amante del equinoccio, de las boreales, de los amigos y de las tertulias con altramuces y vinillo peleón, enfundado en negro por el luto de todos los que se fueron, un tributo a su forma de sentir.
Abelardo, me duele decirlo, se ha ido a la muerte con un dolor en su gastado corazón, firmando la premisa de volver, o mejor, de estar siempre, de fumarse su Onuba vieja a paseo, leyendo las caras y los espacios, buscando un transilium de libertad a su modo, con abrazo, para ofrecer su gota de humor enlazada con el silencio extraño que produce la carcajada. Se ha ido Abelardo sin llevarse prenda ajena y dejando paisajes, poesía, cuadros, colores, amigos, amigos, amigos. Hasta así me duele contarlo porque tampoco él creía en la reencarnación, aunque para nosotros resucite en cada atardecer del agua y su marismaire le delate cuando esboce la más tierna sonrisa de un ser inteligente que no pudo agarrarse al pasamanos y se cayó a la eternidad como poeta, como pintor y como hombre. Abelardo se nos ha ido desde septiembre al infinito del alma.



Ramón Llanes. 23.09.05.

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