VOTAR BELLEZA
Ante el examen de la
urna, un suspiro de alivio más por la intención de acertar que por
el deber de cumplir. Nadie votará candidatos que hayan prometido
desempleo, sequía, insolidaridad, intolerancia, desfachatez,
corrupción o que se hayan entregado ahora para esconderse después;
nadie votará reglas, imposiciones, soberbias o dogmas. Estaremos
entre la mayoría que votaremos intenciones, ideas, compromisos y
honestidad. Si todo dependiera de los candidatos votaríamos
sorpresas; si votamos ideario nada nos alejará de nosotros mismos;
si votamos voluntad nos conformamos; si votamos utopías seguiremos
soñando.
Nos queda la opción
de votar belleza. Votar, sin rubor, agua, paz, sueños, felicidad,
acequias, amistad, solidaridad, afecto, logros, sosiego, templanza,
pasiones, verdad, conocimiento, armonía. Aún así las urnas se
llenarán de ilusiones que no se entretengan en la tenencia de más
de lo tenido, más bien accedan a conseguir el alcance de lo posible
de ser, en lo humano, en lo natural, en lo ético. En el estado de
bienestar sobran alfileres, tarjetas de crédito, coches, hipotecas y
luchas. En nosotros también sobra de todo, incluso la obligación de
comer en el pesebre impuesto, y nos faltan agallas para que nadie nos
mande en el pudor, la mirada, el tiempo o el hambre. Nos quedan la
voluntad y la belleza.
Ramón Llanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario