RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

viernes, 26 de mayo de 2017

EL ANDÉVALO


El Andévalo, el legado que los celtas dejaron en Huelva en forma de comarca

Ubicada en la Baeturia céltica (siglo VI a.C), esta zona es una de las más singulares de la provincia de Huelva por su diversidad natural y cultural. Su nombre puede derivarse del dios Endovélico o de la voz celta *Andéválon, que significa 'muralla grande'.
El Andévalo./FOTO: www.rllanes.blogspot.com
El Andévalo./FOTO: www.rllanes.blogspot.com
P.C.G. La comarca del Andévalo es en algunos períodos históricos la gran desconocida de la provincia de Huelva. Ubicada entre la Sierra, la Tierra Llana y la frontera con Portugal, la presencia céltica en la zona se basa en los textos de algunos historiadores latinos como Estrabón y Plinio, quienes hablan de poblaciones celtas ubicadas en el reborde montañoso del río Guadiana, donde ellos junto con Apiano y Tito Livio, autores de las primeras referencias de la zona norte de la provincia, coinciden en señalar la región conocida como la Baeturia céltica (siglo VI a.C).
Mapa de la provincia de Huelva con las dos Beturias señaladas. /FOTO: XV Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra.
Mapa de la provincia de Huelva con las dos Beturias señaladas. /FOTO: XV Jornadas del Patrimonio de la Comarca de la Sierra.
La céltica ubicada en la zona más occidental de Sierra Morena y comprendida entre las cuencas pacenses hasta el río Anas (Guadiana) y las penillanuras del Andévalo onubense y del Alentejo portugués hasta el Algarve, es una de las dos Baeturias de las que se tiene constancia.
La otra sería la denominada Baeturia túrdula que abarcaría la zona de Sierra Morena central y oriental. El límite entre ambas zonas de situaría al este de la provincia de Huelva. Precisamente los hallazgos encontrados en una excavación arqueológica de la Edad del Bronce II ubicada en El Cerquillo, en el Cerro del Andévalo, permiten concluir que esta zona se encuentra en las cercanías del límite establecido entre ambas beturias.
Los celtas llegan a la Península Ibérica en la Edad del Hierro (VII-II aC). Distintas oleadas de este pueblo de origen indoeuropeo se van asentando en periodos de tiempo distintos en diversas zonas peninsulares desde el norte hasta el suroeste, pasando por la Meseta ocupando las zonas más despobladas y conviviendo en algunos casos con los pueblos indígenas de estas áreas.
El Cerro del Andévalo./FOTO: www.elcerrodeandevalo.net/
El Cerro del Andévalo./FOTO: www.elcerrodeandevalo.net/
La comarca del Andévalo está conformada actualmente por 21 municipios de Alosno, Berrocal, Tharsis, Cabezas Rubias, Calañas, El Almendro, El Campillo, El Cerro de Andévalo, El Granado, Minas de Riotinto, Paymogo, Nerva, La Puebla de Guzmán, San Bartolomé de la Torre, Sanlúcar de Guadiana, Santa Bárbara de Casa, San Silvestre de Guzmán, Valverde del Camino, Villablanca, Villanueva de las Cruces, Villanueva de los Castillejos y Zalamea la Real. 
Pascual Madoz la calificaba en su obra magna, el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, como un “territorio geológicamente de transición” entre la llanura litoral y el relieve de la zona serrana.
endovelico
Dios Endovellico a quien rindieron culto los celtas prerromanos de la Península Ibérica.
Origen de la denominación
Existen tres teorías acerca del origen del topónimo Andévalo, dos de ellas tienen sello celta. La primera afirma que esta comarca toma su nombre de la elevación montañosa situada a los pies de Cabezas Rubias, en el lugar exacto donde antiguamente se cree existió un templo levantado en honor al dios Endóvelo o Endovélico, la más popular de entre las deidades a las que los pueblos célticos de esta zona (incluida la actual Portugal) rindieron culto en la Edad del Hierro.
De acuerdo con la tradición, este dios adoptaba forma de jabalí y su nombre significa “dios muy bondadoso”. Era el dios de la salud, protector de la tierra y la naturaleza, especialmente los bosques. Posteriormente aceptado por los propios romanos, que lo asimilaron a Esculapio o a Serapis.
La segunda hipótesis está también relacionada con una deidad, pero de origen fenicio: la diosa Ande-Baal e incluso hay voces que afirman que el topónimo tiene su origen en deidades posteriores de origen oriental.
Y finalmente, la tercera, incluida en un estudio de la Universidad de Huelva es que este nombre parece remitir a un término en la primitiva lengua celta: *Andéválon que significaría ‘la gran muralla o barrera, muralla grande’, compuesto del prefijo celta ande- con valor aumentativo, y de un antiguo valon ‘muro’, según la hipótesis de J.Corominas (Tópica I, p.79, y II, p.227).
La minería genera puestos de trabajo.
La Cuenca Minera es uno de los paisajes característicos del Andévalo.
Este lingüista lo atribuía al carácter de la población, distinto al del resto de la provincia, aunque de acuerdo con el estudio, “resulta más creíble la suposición de que *Andéválon con el significado de ‘muralla grande’ hiciera alusión a alguna obra de defensa bien determinada existente en la época de la cultura celta”.
En cualquier caso, sea cual sea el origen el del topónimo, estamos ante una comarca, la del Andévalo con un papel muy destacado dentro del mosaico de la provincia onubense ya que es uno de los espacios naturales más singulares de Huelva y Andalucía, caracterizado por una fuerte pluralidad cultural y natural otorgadas por sus características topográficas, climáticas, naturales, y geológicas, entre ellos el característico paisaje de la Cuenca minera de Riotinto.

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