RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 31 de mayo de 2017

HACE TANTO TIEMPO

 
HACE TANTO TIEMPO.


Por la perfecta devoción a
la Virgen de la Peña y a Piedras Albas
de Puebla de Guzmán, Villanueva de los Castillejos
y El Almendro.


Los chiquillos habían cerrado la puerta grande del cobertizo, se perdió con la lluvia parte del grano, el heno olía a tiempo. Los dos ancianos permanecieron mirando la lejanía como si quisieran quitarle distancia. No es verano, aún no es el verano; llamaron los perros avisando que la noche se hacía en la dehesa mientras comían los ancianos la última fruta del árbol de sus vidas. Nadie volvió a aparecer.
El crepúsculo presenció cómo una cinta de lágrimas se amontonaba en el estiércol haciendo que la fétida luz fuera milagro de labriego. Las pajas estaban húmedas de llorar, el aluvión de pandemias primaverales convertía la luz en una estampa constante.
Nadie recuerda cuando empezó todo aquello pero ya hace siglos porque ni los más ancianos de las tierras más ancianas saben del hallazgo. Sí dijeron que sus padres contaron historias de vírgenes, dos vírgenes para ser más exactos, que un pastor del entorno predicó con creencia de ellas, llamándolas con el nombre de las piedras que eran las cosas más cercanas que tenían por aquel entonces los pastores. Se instauró la inspiración y el culto lo diseñaron los hombres de las alquerías a base de saber pedir y sentirse complacidos en las peticiones.
Ahora nadie se acuerda de los ancianos que contemplaban la tarde, nadie mantuvo la noticia del cobertizo y nadie escribió sobre los chiquillos. Es sin embargo cierto que todas las luces vinieron juntas al lugar que cualquier dios errante dispusiera como elegido para dones de naturaleza tan poco humana que se nos escapa del entendimiento. Pero pasaron los siglos tan aprisa que aún tendrán ojos los cabezos, corrientes los barrancos y silencios el aire. El mismísimo pastor de aquel antaño tendrá aún en su memoria el encuentro de sus vírgenes aunque nadie supiera contar que fuese aquello lo más notorio que sucediera al pastor de las piedras.


Ramón Llanes

No hay comentarios:

Publicar un comentario