RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 7 de mayo de 2017

MADRES

 
MADRES


Las madres oyeron la tormenta del martes por la noche.
Aún quedaban cosas por hacer.
Las madres siempre llegan antes de la tormenta,
antes del viento, antes de quemarse la camisa,
antes de desesperar;
las madres no tienen dote de cansancio
ni calma de aburrimiento;
son la premura, son como las avispillas
que danzan; y la vida la hacen ellas,
ordenan los astros, mandan en el tiempo.
Las madres acusan todos los dolores
de todos los hijos y los amielan,
endulzan el amargor y se guardan el padecer como lo hacen las estrellas.
Los minutos se convierten en largas escenas de menesteres,
que de aquí sacan la tercera parte,
de allá le ganan sitio al reloj,
el algo que basta, el suspiro que alivia,
la mirada que sana, la caricia que se hace bálsamo,
el beso que prende ternura.
Las madres son de madera noble y tierna a la vez.
Al momento de llegar, la suerte entra en casa;
empedernidos prestatarios de los sueños,
todos son de ellas,
nosotros interpretamos, dormimos,
pero ellas los prescriben, los inventan,
los llevan a la realidad.
En el sigilo de la melancolía,
con nota de suspenso en el examen de latín,
alguien lloró su lágrima a la almohada
hasta que una madre le mezcló las suyas
y juntos aprobaron la asignatura de amarse.
Esto no alcanza la categoría de manifiesto,
solo es un brindis por la madre.



Ramón Llanes.

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