ESTE INACABADO MUNDO
Ha
de ser que el mundo no está terminado, ha de ser eso. Casi sin observarlo con
pulcritud y detenimiento le notamos que le falta orden; las cosas están fuera
de sitio, el agua corre a su antojo por donde le da la gana, llega y se va sin
que hagamos algo por retenerla; el sol no está en todas partes, el dinero
tampoco. Ha de ser que no está acabado aún, que faltan arreglos.
Notamos
que al mundo le falta también imaginación, ha de ser que no está terminado, ha
de ser eso. Porque miramos para donde no está lo importante, observamos por las
rejillas de un mirador sin estilo, desprovisto de capacidad. Porque nos viene
un tsunami o una crisis o una pandemia y nos coge desprevenidos, desatentos, no
sabemos qué hacer ni qué camino tomar. Nos falta previsión.
Y
también le falta ternura a este mundo, mucha ternura, porque la ternura es
necesaria para entendernos con los demás, para ofrecer amabilidad y afecto. No
sabemos, aún no sabemos, tenemos poca idea general de la sensibilidad, de las
emociones, del sentido imprescindible del respeto y del amor.
Le
faltan al mundo muchas cosas importantes porque a nosotros nos faltan muchas
cosas importantes y no sabemos de dónde sacarlas o cómo inventarlas.
Ha
de ser que el mundo aún no está terminado, ha de ser eso, porque si no cómo nos
explicamos tanta carencia de felicidad.
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