RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 30 de abril de 2014

AYER

 
AYER.
 
          Ayer no fue como siempre, que la mañana le puso al tiempo anorak rojo y semi niebla, no fue como siempre. Te pareció un encanto el paseo por las estrías olvidadas de la soledad y pisar tierra agradecida y soñar que todo aquello fuera consuelo y parte de la vida en otra generación. Y visionaste el tropel de las gentes que bajaban y subían por los roquedos y oíste el murmullo que antaño dejaran las voces en el aire libre. Allí estábamos, jugando y comenzando el amor que jamás podíamos esperar. Allí empezó todo, siglos atrás, antes de nuestra primera luz, antes que la nada, siempre, el amor consabido de lo cotidiano, ese de ayudar a respirar, al desayuno, a las caricias sin tiempo; ese amor del humor en tardes de nubes caídas, ese amor de nosotros.
          Ayer, entonces, cuando el silencio limpió la tolva, pusimos cara de recuerdos, nos metimos en el paisaje, trenzamos las sonrisas, anduvimos por el deseo hasta llegar a estar juntos sin estarlo, hasta que la voz -siquiera voz o canto de un pájaro pasajero- nos sacara del recuerdo y nos devolviera al sitio letal, allí nacimos.
          Ayer llevabas el orgullo en las manos y una rama de jara en las manos y un canasto de satisfacción en las manos y llevabas una mano en tus manos y caminabas sin meta con la seguridad de todas las esperanzas a tu alcance, como si tú le llevaras esperanzas al paisaje. Ibas completa de razones para repartir, el sentimiento te había otorgado buenos momentos, el sentimiento era un aliado de paseo y corazón, por el sendero inverosímil que ayer pisaste sin entender que todo el universo te observara. Solo yo era el universo, planeta escondido con aguijón de luces, presagios y declaraciones; yo era, ayer, quien hiciera contigo la mañana menos gris y quien, contigo, diera riendas abiertas a los mejores recuerdos y al futuro.
          Ayer, no fue como siempre, estuvimos juntos toda la eternidad que dura una mirada.

 
                                               Ramón Llanes

No hay comentarios:

Publicar un comentario