DISIMULOS
Disimulan
los feroces sus garras afiladas para el combate, los calvos disimulan la
calvicie, el capitalismo salvaje actual disimula sus consecuencias, el tímido
se auto disimula, los amantes disimulan estar enamorados y esconden sus deseos
y desaparecen de la luz y se siguen amando, los políticos intentan disimular
sus errores y lo consiguen durante un tiempo hasta que la voracidad del
siguiente político le descubre un pastel mayor incluso que el estimado; la
democracia disimula sus manchas y sus imperfecciones, se amedrenta del poder y
del pueblo, asume menos responsabilidades de las establecidas, corretea por los
charcos donde se pudre la dignidad y deja de ser democracia muchos ratos dando
paso a floripondios extraños que en nada se le parecen; la vida disimula su
dolor, casi incapaz de entender que es solo una materia imperdurable,
vulnerable y frágil sometida a la continua amenaza de la muerte; los humanos
son los expertos en disimulos, en ocultar lo que saben, lo que sienten, lo que
hacen, propiciando a los demás una apariencia distinta de la real a fin de
conseguir mayor relevancia social, mayor rédito público o mejor aceptación
general. El disimulo es un arma amable de común utilidad que solventa grandes
compromisos, evita otros y se consagra como un acto sin aserto delictivo ni
reproche personal.
Como
institución conceptual admirada debe su prolífico uso a otra institución
llamada picaresca a través de las cuales- de estas dos-, solo a la pretensión
de aparentar, olvidar, conceder indulgencia, plasmar tolerancia o engañar,
limitan sus metas. Es sin embargo el disimulo un notorio componente de la
mentira que en asuntos nimios pasa desapercibido pero influye en el desarrollo
de las sociedades en temas de trascendencia. No tendrá repercusión disimular
una mirada, un sueño o una soledad pero no será de recibo aceptar el disimulo
de una tragedia, una felonía cometida por gobernantes o cualquiera de los
maltratos sociales que se llevan a cabo incumpliendo la carta magna para
cubrirse en grandezas sus actores. No apostamos, desde la razón, por disimulos
nocivos que dejan una malvada huella en los pueblos. Acaso, mejor la verdad,
siempre.
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