TROPIEZO No vi la boca, no me vio la boca ni la boca ni yo nos vimos y tropecé, caí en los dientes amarillos, en la lengua sin habla, me hundieron los cuerpos húmedos, no sé nadar, nunca supe nadar. Ahora que lo recuerdo siento la necesidad de volver a caerme en aquella boca, por ganas por placer.
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