COMPAÑERO DEL ALMA
A mi compadre Pedro Ponce,
con motivo de su Jubilación.
Me miro atrás y estás en mis costados,
el compañero
eterno de mi vida,
mi guardián, mi espera, mi partida,
el dios custodio de mis malos tragos.
Llevo en la conciencia cuanto me has dado,
tengo tus inquietudes transmitidas,
conservo emociones ya vividas
y aquello que el sentir tiene guardado.
No es un final
postrero, es osadía,
es un truco del alma, compañero,
para tenernos libres
todavía
en este largo
andar de dos enfermos
que de amistad hicimos la alegría
para no dejar nunca de querernos.
Ramón Llanes.
Huelva 28.11.2014
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