A MENOS DIEZ
No a cualquier hora,
siempre atento, como
mi amigo José A. Cabrera.
En un trance místico
pude comprobar, con datos contrastados, que todas las cosas absurdas que han
ocurrido en mi mundo sucedieron a menos diez; lo del diluvio fue un extraño
pensamiento de Noé a las menos diez de un cualquier día de otoño, las tarjetas
de crédito se inventaron a menos diez y también a la misma hora voló alguien
sobre el nido del cuco; el fracaso de la plenitud de las libertades se produce
todos los días a menos diez, en los congresos de las democracias se insultan
siempre a menos diez, los museos nunca están abiertos a menos diez, el ser
humano odia esta hora maldita, le llena de oscuras nostalgias y falsos sueños
porque a nadie le tocó enamorarse a menos diez ni recibir un premio literario a
menos diez (hubiera sido una licencia lírica inoportuna), y al escribir esta
memoria son menos diez del estío, hace calor y tengo los días contados porque
el veintinueve a las menos diez tendré un año más. Cuando me olvidaste sin
motivo eran exactamente las menos diez de mi vida. Figúrate.
Rllanes. (Del libro TE CUENTO)
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