JACHAS
Por estos andurriales de la mina los niños amontonan hoy sus pelatas y ramaje seco, hacen grandes jachas en los cercanos “legíos” y esta noche las ponen a arder mientras los mayores cantan los primeros villancicos y se calientan y vienen a testimoniar un deseo de nuevas realidades, justificando el fuego como elemento de destrucción de lo inútil, lo tóxico, la maldad, el desorden, el malhumor y lo maledicente que ha cultivado este ciclo adverso. Desde siempre están empeñados los niños en limpiar con las jachas el aire viciado y el alma sucia y aun no lo consiguieron del todo.
Ramón Llanes. Tharsis 8 diciembre.
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