EL PASO DE LOS NIÑOS
(Para Rocío)
Por la ciudad que me habita se me
hace plácido el camino a casa por viejos soportales que protegen las aceras y
en tales pensamientos lo viví anoche después de contemplar una linda exposición
de Santana en la Sala de la Provincia; delante caminaban otros ciudadanos que
por mor de las ocupaciones de los establecimientos de hostelería de la zona y
del poco espacio dejado impedían que fuera más ligero mi paso a lo cual pararon
su marcha e intentaron dejarme hueco para la marcha, pero llevaban, como a un
dios, un niño quizá menor de un año en su cochecito y no quise deshacer el
encanto de la familia aludiendo a la importancia del niño, y me quedé en el
retraso más amable jamás vivido al entablar conversación con ellos y recordarme
Rocío nuestra amistad en esto tan notorio de las redes sociales. Y fue el
pequeño encuentro tan significativo que hoy me pongo a escribir de las cosas grandes
que tiene la ciudad y de la buena salud de los humanos que otorgan tanta
luminosidad al paso de los niños por la vida.
Ramón Llanes. 11.12.24
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