HACER RECUERDOS
Es un trajín de actividades el
tiempo este, los cuerpos se mueven a uno y otro lado, montan risas y beben,
acuden a la excusa de comer, se desordenan, sufren la falta de inspiración y
pasan la fiesta en su código del más alto divertimento con la única idea de
poder contarlo quizá con más efusión que la vivida. Es hacer recuerdos,
componer y diseñar el tramo venidero para que formen parte del patrimonio de la
memoria y se hagan un reflejo inacabable de la felicidad alcanzada. A la postre
la configuración del carácter tiene en estos resortes su base principal. Nadie
rechaza conservar recuerdos, el ser humano practica la nostalgia y hace de ella
un elemento espiritual que agrega a sus identidades, incluso cuando la
referencia al momento vivido no tuviera connotación sensible, no importa, todo
se acuña en las neuronas hasta que son incrustados con relevancia suficiente
para que sean recuerdos no efímeros. Y la retahíla en muchas ocasiones será:
¡cuánto comimos, cuánto bebimos, qué bien lo pasamos!. Un resumen amorfo de la
vida pero real como ella misma.
Ramón
Llanes. 30.12.2024.
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