HEMOS LLEGADO AL FINAL CON VIDA
Hoy es el final de algo que de manera intolerante nos marca el tiempo, hemos superado los colapsos, las insidias, los tropeles de tanques alocados, la vulgaridad de las contiendas; hemos llegado con vida a un sitio sin espacio ni nombre pero no hemos alcanzado la meta porque la misión que nos propusimos en esta tribu de jerarcas y aprovechados zánganos medio vestidos de héroes era solo la PAZ. No estamos en el lugar preferido, nadie nos espera en la puerta para felicitarnos, no han puesto pancartas de honor que premien el esfuerzo, hemos perdido muchas humanidades en las singladuras, somos los desavíos que el terror puso como trampa en las alambres, otra vez nos han vencido los inhumanos preceptores de las milicias que odiábamos. Y la PAZ en un cajón del último cuarto de la buhardilla, allí a oscuras, con miedo en las solapas y sin apenas haber tomado con ternura la última cena de la verdad.
No hemos alcanzado la meta pero nos queda tiempo, mucho tiempo para intentar una salida del campo de batalla con una tonelada de inquietudes solidarias, un canasto con frutas y la música del silencio sonando en nuestras positivas alegrías. Hemos llegado al final de algo, de un día, de una hora, de un instante, pero no hemos llegado a saldar las cuentas de los abrazos, de los largos besos en las escaleras de los sentimientos; nos quedan agallas, sonrisas y actitudes para convencer a los otros de nuestra noble pasión por la PAZ y sin embargo aun nos sobran millones de leyes de cobardía.
Ramón Llanes 31.12.2024
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