LA LARGA NAVIDAD DE
LOS VENCIDOS
Se pronostica de nuevo la Navidad
como un tiempo mágico, con un protagonismo de luces como causa de regocijo y un
desorden en el consumo para tener más de aquello que no se necesita; y alguien
apunta desde la posibilidad más remota de lo posible que ya puestos en este
trance de fantasía y fanatismo de bondad podría aprovecharse la ocasión para
solucionar algo, las alcantarillas por ejemplo, lo de las citas médicas, tal
vez lo de las corrupciones políticas, pero hay mucha ocupación entre las
compras de los regalos, la venida de los Reyes Magos, la colocación del belén,
las comidas de empresa, etc y no dará tiempo. O intentar anular los combates
que se libran en las guerras o convencer a los dirigentes de su inutilidad o
acaso empezar a reconocer la Paz como uno de los derechos fundamentes del ser
humano, pero no dará tiempo, hay mucho ajetreo con la preparación de las
vacaciones, con las reservas de los vuelos a las ningunas partes adonde van los
olvidados de las llaves del mundo; y es que esto de la Navidad tiene su
enjundia y no es fácil poner en marcha un entarimado de farándula efímera,
colocar los postes para caerlos pronto, encender luces en lugares
intransitables, gastar el presupuesto y endeudar más al sistema para vivir
consintiendo y aceptando la escasez de medios para configurar la existencia de
los vencidos en esta contienda sin enemistades ni enemigos, simular que las causas
de los desastres se producen por fenómenos naturales y nunca por descuidos,
continuar sosteniendo en órganos de poder a nefastos jerarcas a través del
aplauso y del voto, predicar con mentiras y persistir en hacerlas verdad sin
reparar en costes materiales ni psicológicos ni éticos; también es buen momento
para modelar estas petulancias que lo impiden pero la Navidad es muy engorrosa,
hay una actividad frenética y no dará tiempo, será mejor dejarlo para más
adelante. Y así se hará muy larga, inmensamente larga para quienes no pueden
aguantar sin los cambios propuestos y volverán a la miseria de ser vencidos por la inercia de los dementes de
la sociedad metida en francachelas y vanalidades. Y solo cabrá entonar un AMÉN
a coro a modo de terapia colectiva y justificación de la apatía y seguir
creyendo que la tierra es plana.
Ramón
Llanes. 11.12.2024.
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