CON MATICES
En el sobrenombre dios es diablo,
el verso una prosa,
la palabra un silencio cantado,
o la nada inquieta.
El canto del sordomudo
se expresa con intención,
se oye con matices.
Amar pertenece a la pérdida
de la conciencia,
todo, en el sobrenombre, es inexacto.
El tiempo un comodín,
el duelo un cansancio,
la pena un desacuerdo,
la flor una pausa,
la mirada una eternidad,
la paz un muñón del pensamiento.
No entra la duda
cuando es lo único exacto
en el sobrenombre de existir
y se dispersa el certero deber
de seguir buscando,
acaso en el dolor,
con matices.
Rll.
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