LA MAR DE SANTANA
Teniendo tan cerca la obra de Santana para poder admirarla a pleno placer será un deshonor para el arte pasar de largo y será peor olvidar que su mar, tan grande, tan azul, interpreta la simbología de un entusiasmo de regreso, de la vuelta al color original del agua de La Antilla, de volver a la jerga purista de Lepe en sus condicionados temples de empuje y emprendimiento. Contemplar también sus recuerdos de Chicago, hacerse transparente en tiempo y recrear la luz puesta a disposición de las ternuras y calcular desde la visión onírica de qué manera pinta estos versos o tal vez de qué forma escribe estos paisajes este pasajero imprescindible de esta culta humanidad tan sorpresiva. Amigo, tú que habitas Onuba, no te permitas pasar de largo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario