DISTINCIONES
Nos resultaría
imposible imaginar que en las aceras se reservara una parte para los
políticos y solo ellos pudieran usarla, que en los teatros
existieran butacas reservadas para los políticos, que en el fútbol
se reservaran asientos de palco para los políticos, que en las
piscinas públicas hubiera un exclusivo lugar reservado para los
políticos, que en todas las carreteras se reservaran tramos de ida y
vuelta para los políticos sin que otros pudieran circular, y en los
aviones y en los trenes, y en el mercado y en las fiestas y en las
iglesias y en los actos en general; nos resultaría muy incómodo
aceptar este tipo de distinciones que a modo de claros privilegios se
otorga a los políticos.
Sin embargo en las
televisiones públicas es así, los políticos tienen diariamente
reservado su espacio para dedicarlo a su mediocridad, a sus lamentos,
a sus petulancias y a sus insultos. A nosotros nos parece tan normal
como si tal espacio fuera propiedad de ellos mismos y renunciamos a
levantar la voz por miedo a sus sistemas de grilletes. En tales
circunstancias “Democracia no debe ser que ejerzan el poder los
elegidos por el pueblo”, algo está fallando.
Ramón Llanes. 18 mayo
2016.
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