RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 3 de mayo de 2016

LA PACÍFICA INQUIETUD DEL CAMINANTE

 
LA PACÍFICA INQUIETUD DEL CAMINANTE


El tiempo nos llama a urnas otra vez con idéntica vehemencia, con la obligación que pende del derecho a ser ciudadanos, con la intrépida voluntad de quienes tienen más rato la sartén que el deber, con la impotencia de poder montar una rebeldía general para hacer una limpieza importante que incapacite a quienes no saben y que elija a quienes acrediten valía. Los tragos pasados en estos casi seis meses por estos pacíficos e inquietos ciudadanos de a pie, obligan a pensar que no se entiende por qué no se ha sobrepasado el nivel de la paciencia, por qué no es más general el estado de cabreo y por qué no ha puesto la ley un molde normativo y ético capaz de impedir una prolongación tan insensata e ineficaz a la inacción de los gobernantes.
No deberíamos admitir que volvieran a las papeletas los mismos de antes, sobre todo los cabecillas que se mostraron inocuos para resolver el problema; no deberían acudir los partidos con similares idearios cerrados creyéndolos imprescindibles para la salvación de la patria; no deberían existir esquemas fijos, sueldos eternos, prebendas, beneficios y privilegios que llamaran tanto a hacerse políticos de profesión. Mil premisas más podríamos inventar en esta tarde de mayo cuando lo menos que nos apetece es saber que entramos en campaña y tendremos que volvernos a hacer eco de las mentiras hasta creerlas, que tendremos que desembolsar un pico de dinero que no tenemos y que seremos unos malditos si no pensamos como ellos en la necesidad del voto. Personalmente hubiera preferido que se hubieran jugado el poder a los penaltis.

Ramón Llanes. 3 de mayo 2016.

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