SER.
Nos proponen el Ser por encima del
tener, declinamos la invitación; más son los no aludidos, menos los receptores.
Ser, desde amable a generoso, ¿por qué?. Valen los médicos buenos que no te
sonríen, no nos gustan los que te curan mal con muchas sonrisas. Vale un
político poco generoso que sea un excelente gestor. Valen también los que
pretenden sentirse útiles y nunca lo consiguen, valen los desordenados con un
gran corazón. Ser mujer, ser persona con todos los pilares de la dignidad, ser
hombre con benevolencia.
Y no más de esto, no me vale hoy
recurrir a este valor de ponerme trascendente para que esta reflexión vista
mejor. No me valen los motivos que tengo para defender el ser antes que el
tener, no me valen las experiencias vividas ni las futuras, esto no cambia
porque yo lo intente. Al final tendremos casas, coches, campo y nos seguirán
faltando dignidades y besos.
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