CUÉNTAMELO OTRA VEZ, RAFA.
Después
de tantas veces hemos comprendido que tienes más interés en la publicidad del
accidente que en tu propia curación. Lo has contado desde tu tarima de mártir,
con el detalle que requieren estos hechos, hasta sorprender a los oyentes y
solidarizarlos con tu causa de dolido y magullado por la culpa de un incorrecto
conductor que te cerró el paso cuando tú circulabas a moto y precaución por el
carril de tu preferencia. Te caíste, te desmayaste (como sueles desmayarte cada
vez que oyes hablar de sangre), te sacaron de aquel agujero profundo de la
inconsciencia para dejarnos un viernes sin paella con la imposibilidad de
reclamar.
Y
ya te han dicho, Rafa, que la puerta de la Confitería Dioni
no es lugar para caerse; uno se cae en una cuneta, en el barro, en la calzada
nocturna de un pueblo perdido, en un cenagal, en cualquier pedregal que
circunde los asteriscos de las arterias circulatorias (llámense carreteras) que
abundan en la provincia, pero caerte en las puertas de una confitería me parece
tan gracioso como increíble. Porque
seguro que allí mismo te curaron con merengues (aunque tú eres del
Barcelona), te pusieron tiritas de hojaldres, te hicieron una transfusión de licor
de fresa y te taparon la herida con algodones de pasteles y antes de mandarte a
casa te colocaron una guinda color rosa y un pirulí. Tú me dirás si eso es una
caída en serio o una estrategia publicitaria; algo asi como una preparación
mediática para vender la exclusiva. En fin, Rafa, que si otra vez piensas
caerte que lo hagas con cordura para que incluso al relatarlo cause
sensaciones, emociones, dolor y pena; para ser comentada en el barrio con
notoriedad e importancia y sobre todo para que a la clientela no le afecte y
pueda saborear la exquisita paella de los viernes con el placer acostumbrado.
Y no abuses de contar
la historia de tu accidente del jueves pasado que tienes al personal con ganas de rezar por ti. Por favor Rafa,
cuéntamelo otra vez y no te quejes tanto que María tampoco lo soporta. Un saludo.Rllanes.
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