RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 4 de febrero de 2014

CUÉNTAMELO OTRA VEZ, RAFA


CUÉNTAMELO OTRA VEZ, RAFA.

 

 

            Después de tantas veces hemos comprendido que tienes más interés en la publicidad del accidente que en tu propia curación. Lo has contado desde tu tarima de mártir, con el detalle que requieren estos hechos, hasta sorprender a los oyentes y solidarizarlos con tu causa de dolido y magullado por la culpa de un incorrecto conductor que te cerró el paso cuando tú circulabas a moto y precaución por el carril de tu preferencia. Te caíste, te desmayaste (como sueles desmayarte cada vez que oyes hablar de sangre), te sacaron de aquel agujero profundo de la inconsciencia para dejarnos un viernes sin paella con la imposibilidad de reclamar.

            Y ya te han dicho, Rafa, que la puerta de la Confitería Dioni no es lugar para caerse; uno se cae en una cuneta, en el barro, en la calzada nocturna de un pueblo perdido, en un cenagal, en cualquier pedregal que circunde los asteriscos de las arterias circulatorias (llámense carreteras) que abundan en la provincia, pero caerte en las puertas de una confitería me parece tan gracioso como increíble. Porque  seguro que allí mismo te curaron con merengues (aunque tú eres del Barcelona), te pusieron tiritas de hojaldres, te hicieron una transfusión de licor de fresa y te taparon la herida con algodones de pasteles y antes de mandarte a casa te colocaron una guinda color rosa y un pirulí. Tú me dirás si eso es una caída en serio o una estrategia publicitaria; algo asi como una preparación mediática para vender la exclusiva. En fin, Rafa, que si otra vez piensas caerte que lo hagas con cordura para que incluso al relatarlo cause sensaciones, emociones, dolor y pena; para ser comentada en el barrio con notoriedad e importancia y sobre todo para que a la clientela no le afecte y pueda saborear la exquisita paella de los viernes con el placer acostumbrado.
            Y no abuses de contar la historia de tu accidente del jueves pasado que tienes al personal  con ganas de rezar por ti. Por favor Rafa, cuéntamelo otra vez y no te quejes tanto que María tampoco lo soporta. Un saludo.

Rllanes.

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