RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 3 de febrero de 2014

DIFERENCIAS

DIFERENCIAS
 
 
 La mayoría de los resortes sociales y económicos implantados con el modelo de capitalismo han resultado nefastos y efímeros. Un ilimitado número de sucesos así lo atestiguan pero sobre todo el mayor horror se detesta en las diferencias de clases que han sido propiciadas y alentadas desde un sistema más basado en la evolución productiva para enriquecimiento de unos pocos que en  la igualdad en la redistribución de las riquezas para conseguir el equilibrio económico capaz de proporcionar vida y felicidad, y ha sido exactamente al revés. Más aún se subraya aquel principio de “capitalismo es: tú o yo”, para definir su fracaso como medio para alcanzar cotas de superación de bienestar no solo para las clases altas sino principalmente para las clases bajas. Un sistema que ha creado infinidad de desigualdades tanto en el plano individual, como zonal, como colectivo, no puede valer; es necesario romper sus normas e inventar otras que sean más prácticas y eficaces, y con fines contrarios.
 
            No puede consentirse como válido, ahora, un sistema asentado en el apoyo al progreso de pocos y la pobreza de muchos. Un sistema que permite la enorme desigualdad existente entre países como Senegal y Suecia -por ejemplo-, o también las enormes diferencias sociales entre los distintos estatus profesionales o la distancia de bienestar que separa hombres de una u otra zona del mismo estado, un sistema con estas desordenadas características requiere su demolición inmediata, so pena de seguir aumentándose estas diferencias, que en realidad es aquello que tales pocos desean.

 
            No, cuando se ha dado el primer paso para el cambio de estructuras, precipitar investigaciones en otra línea no parecerá una utopía; no es admitido en nuestro estado de derecho una fórmula que consienta y genere desigualdades, que consiga que pocos vivan empleando un mínimo desgaste de esfuerzo a costa de las exigencias que se imponen a los otros muchos. Las perspectivas que están dibujando las leyes actuales se dirigen precisamente a ese fin con el apoyo institucional de la comunidad a la que pertenecemos sostenida por principios solemnes de agrandar cada vez más las distancias sociales entre los hombres y seguir estableciendo diferencias que en poco tiempo serán inquebrantables. Y si para derribar el sistema no tenemos ni agallas ni capacidad ni medios, habrá que inventarlos.
 
Ramón Llanes.
Publicado el 4.2.2014 en digitalextremadura.com

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